10 buenas razones para
seguir bebiendo Coca-Cola
Carlos Ruperto Fermín
No hay duda que los patrones de consumo de la sociedad hispana, reflejan el gran éxito comercial de los refrescos y de las gaseosas en nuestros países latinos, donde a diario los consumidores compran las bebidas carbonatadas para satisfacer sus necesidades.
Siempre es buen momento para beber una espumosa Coca-Cola y una burbujeante Pepsi-Cola, por eso los latinoamericanos mientras realizan sus actividades cotidianas, deciden consumir refrescos para calmar la sed corporal, y también para alegrar las fiestas de cumpleaños, para alegrar las jornadas laborales, y para alegrar sus vidas.
Debido al gran éxito de las bebidas gaseosas en nuestras ciudades hispanas, hoy vamos a explicar las 10 buenas razones que justifican seguir bebiendo refrescos en las calles, en nuestros hogares, en las oficinas, en las universidades, en cines y en los restaurantes.
En primer lugar, cuando decidimos beber refrescos y gaseosas, vamos a gozar de una tremenda bendición para la salud llamada Obesidad, porque la gordura está muy de moda en América Latina, y porque es muy sexy ver a un hombre gordo y a una mujer gorda bebiendo sus refrescos, y mientras más beben gaseosas pues más gordas y más gordos serán sus sensuales cuerpos, y es muy probable que gracias a la gordura, los gordos hispanos serán personajes famosos de la televisión, serán los rostros de millonarias publicidades, y serán las principales atracciones visuales de los circos.
En segundo lugar, cuando decidimos beber refrescos y gaseosas, vamos a gozar de una tremenda bendición para la salud llamada Carie Dental, porque el altísimo nivel de azúcar presente en los adictivos refrescos, se encarga de disolver y destruir el esmalte dental de los consumidores, y mientras más bebemos gaseosas, más caries vamos ganando y más dientes vamos perdiendo en las mandíbulas, por lo que nuestra sensual sonrisa hispana se quedará sin raíz, sin corona y sin cuello, porque gracias a los azúcares de los refrescos perdimos los dientes incisivos, los molares y los billetes, para que los dentistas y los odontólogos se conviertan en millonarios con nuestras caries.
En tercer lugar, cuando decidimos beber refrescos y gaseosas, vamos a gozar de una tremenda bendición para la salud llamada Osteoporosis, porque debido a la presencia del ácido fosfórico en los ingredientes de los refrescos, los huesos de los consumidores se van debilitando en sus cuerpos, pierden fortaleza dentro del organismo, y finalmente los débiles huesos de los adictos a las gaseosas se quiebran y se fracturan, lo cual será de gran beneficio para el nuevo discapacitado latino, que vivirá cobrando el dinero de la pensión dada por el gobierno, que seguirá bebiendo litros de refrescos en el sofá de su casa, y que seguirá viendo televisión basura para romper el coxis de su vagancia.
En cuarto lugar, cuando decidimos beber refrescos y gaseosas, vamos a gozar de una tremenda bendición para la salud llamada Flatulencia, porque debido a la acumulación excesiva de gases en el aparato digestivo, las bebidas gaseosas producen muchas ventosidades que los flatulentos consumidores expulsan de sus armónicos traseros, lo cual produce gratuitamente sonidos y melodías musicales llenas de trompetas, que pueden ser escuchadas por sus seres queridos, y el fuerte olor a estiércol que comparte el adicto a los refrescos, puede ser inhalado y exhalado por sus compañeros de clases, por los colegas del trabajo, por los feligreses de la iglesia, y por cualquier otro fanático de las trompetas, de las flatulencias, y de los suaves olores de la olfativa mediocridad.
En quinto lugar, cuando decidimos beber refrescos y gaseosas, vamos a gozar de una tremenda bendición para la salud llamada Nefrolitiasis, porque la orina del consumidor de refrescos se volvió tan concentrada de sustancias carbonatadas tóxicas, que se terminó cristalizando y formó las famosas piedritas conocidas como cálculos, y aunque las piedras en los riñones no son piedras preciosas como el rubí, la esmeralda o el zafiro, y aunque hoy todos lamentan tus lágrimas por tanta dolorosa sangre en la orina, no hay duda que mañana los médicos nefrólogos se volverán millonarios, operando a tanta gente enferma por los refrescos, y el nefrólogo sí comprará las piedras preciosas.
En séptimo lugar, cuando decidimos beber refrescos y gaseosas, vamos a gozar de una tremenda bendición para la salud llamada Hipertensión Arterial, porque los consumidores de refrescos necesitan vivir la vida loca a mil kilómetros por hora, y los adictos a las bebidas carbonatadas sienten que aumenta drásticamente la presión, con la que el corazón bombea sangre a las arterias que circulan por el cuerpo, y en medio de tanto éxtasis por beber con bastante hielo el sabor de las azucaradas drogas, pues la cafeína y la fructosa que se mezclan en los refrescos con sabor a cola, sumado a estilos de vida sedentarios o de alto estrés laboral, terminan acelerando la gran diversión con espasmos musculares, jaquecas, náuseas, vómitos, preinfartos y derrames cerebrales.
En octavo lugar, cuando decidimos beber refrescos y gaseosas, vamos a gozar de una tremenda bendición para la salud llamada Hemorroides, porque los traseros de los adictos a los refrescos son muy especiales, ya que tienen una serie de venas inflamadas alrededor del ano y en la parte inferior del recto, que ensucian el tracto digestivo de los pies a la cabeza, y mientras más pica y más se hincha el especial trasero ensangrentado del consumidor de bebidas azucaradas, pues más dinero ganará el millonario proctólogo, que con sus pinzas y guantes engrapará muy lento y sin anestesia, todas las especiales aberturas anales que presentan los especiales traseros de los adictos latinos.
En noveno lugar, cuando decidimos beber refrescos y gaseosas, vamos a gozar de una tremenda bendición para la salud llamada Cáncer de Estómago, porque el cáncer está de moda en las calles de América Latina, y los consumidores de refrescos anhelan con todas sus fuerzas sufrir cáncer colorrectal o cáncer del intestino, porque a pesar de las insoportables molestias abdominales y de los calambres estomacales, los adictos a las gaseosas saben que gracias al cáncer serán famosos por siempre en las redes sociales, y escribirán con lágrimas una melancólica carta de despedida, y sus familiares van a recaudar miles de dólares para pagar los funerales, y los consumidores de refrescos serán beatificados como los nuevos héroes latinos, que fueron fieles a sus santos vicios.
En décimo lugar, cuando decidimos beber refrescos y gaseosas, vamos a gozar de una tremenda bendición para la salud llamada Estreñimiento, porque mientras disfrutan constantemente las deliciosas bebidas carbonatadas, los consumidores tienen una especial habilidad digestiva que nosotros no tenemos, pues los adictos a los refrescos pueden soportar hasta dos semanas sin evacuar sus heces, ya que los refrescos son acérrimos rivales de la flora intestinal del organismo, por lo que la enemistad es muy bien aprovechada por el consumidor de la gaseosa, que puede resistir más de siete días totalmente constipado, pero feliz porque no tiene que defecar como el resto de la gente.
Tras presentar las 10 buenas razones para seguir bebiendo refrescos y gaseosas, queremos que nuestros hermanos hispanos se sientan motivados a seguir comprando compulsivamente las bebidas carbonatadas, para seguir recibiendo bendiciones de salud en sus santificadas vidas, para seguir convirtiendo en millonarios a los médicos de nuestros hospitales, y para seguir rindiéndole santo culto a la comida chatarra latina.
Estamos seguros que el pueblo latinoamericano es muy inteligente y goza de una excelente capacidad de discernimiento, y sabemos que usted hoy siente la necesidad de comprar más refrescantes gaseosas como la Coca-Cola y la Pepsi-Cola, por lo que hacemos una petición a todos los consumidores hispanos, para que sigan bebiendo una y otra vez los refrescos fabricados por el capitalismo americano, para que sigan comprándolos en los supermercados, y para que sigan compartiéndolos en sus hogares.
También queremos que las madres y los padres de los niños latinos, permitan que sus hijos consuman abundantemente las bebidas carbonatadas desde la infancia, porque gracias a los refrescos, los jovencitos gozarán de ataques de hiperactividad, ataques de epilepsia y ataques de violencia, siendo los mejores frutos infantiles que desde la edad temprana, producen las azucaradas gaseosas en los organismos de nuestros muchachos.
Doy gracias a Dios porque yo estoy ayudando a generar sanos hábitos de alimentación, mientras cuido la nutrición integral de la familia hispana, y como dice una famosa frase llena de mundana sabiduría humana, comamos y bebamos que mañana moriremos.
Correo carlosfermin123@hotmail.com
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